Emmanuel Macron enfrenta dos mociones de censura y Francia queda al borde de una crisis política inédita
Una nueva ola de protestas por la reforma del sistema jubilatorio sacude el país. Los escenarios políticos que se abren en el país.
Al borde de una crisis política inéditaalimentada por la aprobación por decreto de la reforma de las pensiones, el gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, enfrenta este lunes dos mociones de censura cuya aprobación depende de los votos de un partido conservador dividido.
El mandatario, en el poder desde 2017, afronta una “hora de la verdad” enmarcada por una nueva ola de protestas que sacude el país.
En París, una marcha irrumpió en el centro comercial de Forum Les Halles, en pleno centro de la capital.
El oficialismo denunció un clima de intimidación en el Parlamento
La presión se hace sentir en todos los niveles. La presidenta de la Asamblea Nacional, la macronista Yael Braun-Pivet, denunció ante la cadena de televisión BFMTV un clima de intimidación contra los diputados oficialistas. Además, defendió la necesidad de la reforma para preservar la financiación del sistema social francés.
“El objetivo es trabajar más para que nuestro sistema perdure”, aseveró, al descartar una retirada del impopular plan que eleva la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.
La presidenta adelantó que este lunes, a partir de las 12:00 hora argentina, comenzará el tratamiento de las dos mociones de censura, en las que estará en juego el futuro de la primera ministra nombrada por Macron, Elisabeth Borne.
Su suerte estará atada a los 61 parlamentarios de Los Republicanos (LR, centroderecha). El partido de Macron y sus aliados tienen una mayoría relativa.
Qué necesita la oposición para tumbar al ejecutivo francés
La oposición necesita el voto de al menos 287 parlamentarios para tumbar al Ejecutivo -la mitad más uno-, de un total de 573 asientos (hay cuatro escaños vacantes). La ultraderecha de Marine Le Pen presentó una de las mociones de censura, mientras que la otra fue elevada por el pequeño grupo LIOT (centristas y regionalistas), que cuentan con el apoyo de toda la izquierda agrupada en la coalición Nupes.
Aunque la dirección del Los Republicanos expresó que no apoya las mociones de censura, la sede parlamentaria en Niza de su líder, Eric Ciotti, fue vandalizada como forma de presión. El voto de sus legisladores es incierto. Antes del tratamiento de la reforma previsional, la dirección del partido había pedido a sus 61 parlamentarios que apoyasen el proyecto oficialista.
Sin embargo, la mitad de los diputados de LR anunciaron entonces que no respaldarían el plan en el hemiciclo. El Ejecutivo de Macron prefirió no arriesgarse a un voto negativo. Así, decidió activar el artículo constitucional 49.3, ya utilizado en varias ocasiones por diferentes gobiernos y que permite aprobar ciertos proyectos de ley sin el voto de la Asamblea (Diputados).
De acuerdo con cálculos de la prensa, ya hay cuatro diputados conservadores díscolos. Harían falta al menos otros 23 para que Borne presente su dimisión y la de sus ministros a Macron, quien probablemente estaría abocado a disolver la Asamblea y convocar a nuevas legislativas, según AFP. Las últimas elecciones datan de junio de 2022. Desde la instauración de la V República francesa en 1958, solo una moción de censura ha sido aprobada, en 1962.
La popularidad de Emmanuel Macron se desploma
Mientras tanto, la popularidad de Macron se desploma. Actualmente, solo el 28 % aprueba su gestión, a niveles de la crisis de los “chalecos amarillos” de finales de 2018/2019, cuando miles de campesinos lideraron una protesta que puso en jaque su administración.
Desde la adopción definitiva de la reforma previsional, las protestas se recrudecieron y muchas veces estuvieron al margen de los partidos de izquierda y de los sindicatos. Varias movilizaciones se convocaron en las redes sociales. Ese carácter espontáneo y sin líderes recuerda el método de la revuelta de los “chalecos amarillos”.
El sábado, en la tercera noche seguida de manifestaciones espontáneas, hubo al menos un centenar de arrestos en toda Francia, sobre todo en París. Paralelamente al malestar de la calle, las huelgas sindicales contra la reforma siguen su curso. Varias refinerías están bloqueadas, como la de Le Havre, la mayor del país.
Aunque aún no hay datos consolidados, varias estaciones de servicio en la región de Lyon y de Marsella ya sufren de la falta de combustible. Por su parte, el impacto del paro en la recolección de basura se hace sentir en París.
A pesar de que el Gobierno ha impuesto la vuelta de algunos trabajadores por razones de salud pública, miles de toneladas de basura se acumulan todavía en las aceras. El Ayuntamiento de París, que apoya la huelga y no coopera con el Gobierno, calculó que el número de desechos se ha estabilizado en 10.000 toneladas.