Lionel Messi cada vez que anota un gol repite el mismo festejo: se hace la señal de la cruz, se besa la mano y levanta sus brazos y dedos índices hacia el cielo para dedicarle sus goles, como hizo a lo largo de toda su carrera profesional, a su abuela Celia, que murió en 1998.

“Hago esto porque le dedico mis goles a mi abuela. Ella me llevaba al fútbol pero ahora no puede ver adónde he llegado. De todas formas, ella sigue ayudándome a mí y a mi familia”, contó Messi hace unos años.

Aunque su abuela haya muerto cuando Messi tenía apenas 11 años tuvo una gran influencia en su carrera futbolística. Fue la primera que lo llevó a pelotear al Club Grandoli, donde dio sus primeros pasos en las canchasPonelo que te va a salvar el partido, le dijo Celia a Salvador Aparicio, entrenador de la Categoría 86 que no incluía a su nieto de 4 años por miedo a que lo lastimaran. Después de insistir, el DT metió a “la Pulga” y terminó convirtiendo dos goles. Messi contó que, tras el partido, su abuela miró al técnico de forma desafiante, sabiendo que su consejo había dado réditos.

Por su gran impacto en su carrera y sobre todo en los primeros años de su infancia es que Messi le dedica todos sus goles a su abuela Celia.