La actriz se pone en la piel de Agatha Tronchatoro, la malvada directora de la escuela Pachúrralos. Y para estar a la altura del personaje, se sometió a un importante cambio físico.

Lejos de su facciones suaves y amables, Thompson debía verse como una mujer robusta y de facciones toscas, motivo por el que pasaba tres horas en el sector de maquillaje en cada jornada de grabación, debido a las prótesis que necesitó y el puntilloso trabajo de caracterización.

“Es un momento existencialista. Una experiencia que te lleva más allá de tu cuerpo. Es liberadora. No es que yo sienta una necesidad acuciante por alejarme de mí misma o algo así. Pero de alguna manera es una liberación poder habitar otra alma de esa manera que es tan palpable, física. Es un gran privilegio de esta profesión cuando los cambios en tu aspecto te ayudan a encontrar quién es la persona que vas a interpretar“, señaló en una entrevista.

Eso sí, más allá de los prótesis que le colocaban en el mentón, las mejillas y la nariz, Thompson pidió tener libre la frente para poder lograr su objetivo.

“Les dije: necesito mi frente para hacer todas las expresiones, para que cobre vida. Sí podés ponerme prótesis en la barbilla, esa parte no la uso tanto. Y para compensar, en la nariz también. La idea fue hacer lo mínimo posible pero que aun así fuera una transformación completa”, prosiguió.

Además, destacó que el cambio físico la ayudó a potenciar su interpretación. “Es un momento existencialista. Una experiencia que te lleva más allá de tu cuerpo. Es liberadora. No es que yo sienta una necesidad acuciante por alejarme de mí misma o algo así. Pero de alguna manera es una liberación poder habitar otra alma de esa manera que es tan palpable, física. Es un gran privilegio de esta profesión cuando los cambios en tu aspecto te ayudan a encontrar quién es la persona que vas a interpretar”, remarcó.

Por otra parte, a los 63 años, la actriz reconoció que la exigencia del rodaje la llevó a tomar consciencia de que está envejeciendo y debe cuidar su cuerpo. De hecho, en una de las primeras jornadas, sufrió la fractura de uno de sus tobillos, pero eso no impidió que siguiera grabando.

“El día que llegué al set con la bota de compresión en el pie me disculpé por tener que usarla y los realizadores me contestaron que estaba todo bien y que me preparara para hacer una escena de riesgo. No lo podía creer. ¡Me acababa de fracturar el tobillo! Pero me dijeron que no pasaba nada que solamente me iban a colgar cabeza abajo desde una grúa. No me quedó otra que seguir adelante”, expuso la artista que, además de actuar, canta y baila en el proyecto de Netflix que en la Argentina ya se posicionó entre los más vistos.