El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) convocó para mañana a una reunión extraordinaria en la que estudiará “los actos antidemocráticos contra las sedes de los tres poderes del Gobierno brasileño” ocurridos el domingo.

La organización explicó que la cita arrancará a las 10 (12 de Argentina), con los últimos acontecimientos de Brasil como único punto en el orden del día.

Este domingo, cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron en Brasilia la sede de los tres poderes del Estado: el Palacio del Planalto, el Congreso y el Tribunal Supremo de Justicia, en reclamo de un golpe de Estado.

“Condenamos el ataque a las instituciones en Brasilia, lo cual constituye una acción repudiable y un atentado directo a la democracia. Estas acciones son inexcusables y de naturaleza fascista”, publicó ese mismo día Luis Almagro, secretario general de la OEA, en Twitter.

Varios líderes de la región se solidarizaron con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y solicitaron la intervención de la OEA en esta crisis.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se mostró especialmente crítico con el papel de esta organización, a la que reclamó la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

“Es hora urgente de reunión de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la Carta Democrática” Interamericana, subrayó el mismo domingo el mandatario colombiano.

“Propusimos que se fortaleciera el sistema interamericano de derechos humanos aplicando las normas vigentes y ampliando la carta a los derechos de la mujer, ambientales y colectivos, pero la respuesta son golpes parlamentarios o golpes violentos de la extrema derecha”, agregó Petro.

Ayer, durante su visita a Chile, acordó junto a su par Gabriel Boric que trabajarían junto a otros países de la región “en los foros multilaterales y a través de los mecanismos que prevé la institucionalidad regional, como la OEA, en el fortalecimiento de la democracia y el Estado de Derecho en la región”.

Frente a la prensa, Boric remarcó que “no puede haber matices, porque estas acciones son inaceptables y los silencios cómplices también”.